RETAZOS DE VIDAS ERRANTES

(RELATO 1)

UN GIRO HACIA LA ESPERANZA

 

Sus ojos reflejaban el llanto y la tristeza; su andar cansino, el peso de unos años vividos intensamente que ahora sabían a lejanía y vacío.

El tren llegó con retraso y vio cómo los viajeros bajaban presurosos: abrazos, llamadas a taxis… Alguno consultaba su reloj y movía la cabeza; apretaba el paso cargado con su equipaje… Todo igual… Todo igual que aquellos años en los que se divertían los dos buscando en sus cortos viajes la libertad, la alegría.

Todo igual... Pero ahora estaba solo, perdido, sin nadie en quien apoyarse... Los años, los años y su partida... Ya no volvería a verla más.

Aquella carta de despedida marcó un antes y un después. Ella marchó a un Paraíso buscado; él quedó en el abismo de la soledad y la nostalgia. 

Cada día repetía el mismo camino, para volver después más solo, más triste, más convencido de su culpa: no había sabido amarla lo suficiente; por eso se fue. 

Pero, envuelto en su amargura, miró al anden y vio una figura menuda que iba hacia él. La vio con su abrigo azul y una rosa roja entre sus dedos. Sonreía mientras sus ojos dejaban escapar las lágrimas que durante tanto tiempo habían estado contenidas en su corazón de hielo.

➖No puede ser, esto es un sueño... 

Pero ella llegó y fundieron sus cuerpos. Al acariciar su mano, sintió la intensidad de un presente que arropaba el pasado y se abría, por fin, a un futuro lleno de esperanza.

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